¿Qué preparativos médicos se requieren para la cirugía sin sangre?
1. Evaluación y planificación preoperatoria:
- Evaluación integral del historial médico del paciente, estado de salud actual y posibles factores de riesgo de hemorragia.
- Técnicas avanzadas de diagnóstico e imágenes, como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, para planificar con precisión el procedimiento quirúrgico e identificar posibles desafíos.
2. Programa de gestión de la sangre del paciente (PBM):
- Implementación de un programa PBM que incluye estrategias para optimizar el hemograma del paciente y reducir el riesgo de sangrado.
- Esto puede implicar intervenciones como suplementos de hierro, terapia con eritropoyetina y apoyo nutricional.
3. Técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas:
- Uso de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas siempre que sea posible, como laparoscopia o cirugía robótica. Estas técnicas causan menos daño tisular y pueden resultar en una reducción de la pérdida de sangre.
4. Técnicas de ahorro de células (salvamento de sangre):
- Utilización de dispositivos protectores de células durante la cirugía para recolectar y reinfundir la sangre del propio paciente que se pierde durante el procedimiento.
5. Medidas farmacológicas:
- Administración de medicamentos para reducir la pérdida de sangre y el riesgo de hemorragia. Estos pueden incluir:
- Agentes antifibrinolíticos (por ejemplo, ácido tranexámico) para inhibir la descomposición de los coágulos sanguíneos.
- Plasma rico en plaquetas (PRP) o concentrados de plaquetas para potenciar la formación de coágulos.
- Procoagulantes o factores de coagulación para favorecer la coagulación sanguínea.
6. Pautas para la transfusión de componentes sanguíneos:
- Cumplimiento estricto de las pautas de transfusión de componentes sanguíneos para evitar transfusiones innecesarias.
7. Normotermia y manejo de líquidos:
- Mantener la temperatura corporal del paciente dentro de un rango normal (normotermia) y un manejo cuidadoso de los líquidos para evitar sangrado excesivo y cambios de líquidos.
8. Comunicación y colaboración cercanas:
- Comunicación y coordinación efectiva entre el equipo quirúrgico, el equipo de anestesia y el banco de sangre para garantizar la adecuada planificación, ejecución y seguimiento del procedimiento quirúrgico sin sangre.
9. Monitoreo postoperatorio:
- Monitoreo atento de los signos vitales, el recuento sanguíneo y el estado general del paciente después de la cirugía para identificar y controlar cualquier posible complicación relacionada con la pérdida de sangre.
Al implementar estas preparaciones y estrategias médicas, la cirugía sin sangre tiene como objetivo reducir la necesidad de transfusiones de sangre, minimizar los riesgos asociados con las transfusiones y mejorar los resultados quirúrgicos para los pacientes.