¿Qué es la tibia?

La espinilla, también conocida como tibia, es el más grande y más fuerte de los dos huesos de la parte inferior de la pierna. La tibia corre paralela al peroné, un hueso más pequeño y delgado ubicado en el lado externo de la parte inferior de la pierna. Juntos, la tibia y el peroné forman la estructura de la parte inferior de la pierna y sostienen la articulación del tobillo. La tibia cumple varias funciones clave:

Soporte de peso: La tibia es el hueso principal responsable de soportar el peso del cuerpo al estar de pie y caminar. Transmite la fuerza desde la articulación de la cadera a través de la articulación de la rodilla y hasta el pie.

Estabilidad y soporte: La tibia proporciona soporte estructural a la parte inferior de la pierna, contribuyendo a su estabilidad general. Ayuda a evitar que la pierna se doble o doble hacia adentro.

Inserciones musculares: La tibia sirve como punto de unión para numerosos músculos, incluidos los músculos gastrocnemio y sóleo (músculos de la pantorrilla), que participan en el movimiento del tobillo.

Meseta tibial: El extremo superior de la tibia forma la meseta tibial, una superficie lisa y cóncava que se articula con los cóndilos del fémur (hueso del muslo). Esta articulación, conocida como articulación de la rodilla, permite la flexión (flexión) y extensión (enderezamiento) de la pierna.

Articulación del tobillo: El extremo inferior de la tibia forma la articulación del tobillo junto con el astrágalo del pie. La tibia y el peroné crean la mortaja del tobillo, un surco que proporciona estabilidad y permite el movimiento en el tobillo.

La tibia es un hueso crucial que desempeña un papel vital en el soporte del cuerpo, proporcionando estabilidad a la parte inferior de la pierna, facilitando el movimiento y actuando como un lugar de unión para músculos importantes.