Cuando tocas tu mano, la información pasa al cerebro. Describe cómo llega al cerebro.
1. Receptores: Su piel contiene receptores sensoriales especializados llamados mecanorreceptores, que son responsables de detectar varios tipos de estímulos físicos, incluido el tacto. Cuando algo toca tu piel, estos mecanorreceptores convierten la energía mecánica del tacto en señales eléctricas.
2. Fibras nerviosas: Las señales eléctricas generadas por los mecanorreceptores se transmiten al cerebro a través de fibras nerviosas. Estas fibras nerviosas son parte del sistema nervioso periférico, que conecta los receptores sensoriales de la piel con el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal).
3. Médula espinal: Las fibras nerviosas que transportan la información táctil viajan primero a la médula espinal. La médula espinal actúa como una estación de retransmisión, donde las señales se procesan y luego se dirigen a las áreas apropiadas del cerebro.
4. Tálamo: Las señales de la médula espinal se envían al tálamo, que es una pequeña región del cerebro que sirve como centro de procesamiento sensorial. El tálamo clasifica y transmite la información sensorial a diferentes partes de la corteza cerebral, que es la capa más externa del cerebro.
5. Cortex somatosensorial: La corteza somatosensorial es el área de la corteza cerebral responsable de procesar la información somatosensorial, que incluye el tacto, la temperatura, el dolor y la propiocepción (el sentido de la posición del cuerpo). Las señales del tálamo se envían a la corteza somatosensorial, donde se procesan aún más para crear una percepción del tacto.
6. Integración e interpretación: En la corteza somatosensorial, la información táctil se integra con otra información sensorial y se procesa para determinar la ubicación, intensidad y naturaleza del tacto. Luego, el cerebro interpreta esta información y genera una conciencia de la sensación del tacto.
Es importante señalar que el cerebro también procesa la información táctil junto con otros sentidos, como la visión, el oído y el olfato, para crear una percepción integral del entorno.