La frecuencia cardíaca no está controlada directamente por el cerebro. En cambio, está controlado por el nódulo sinoauricular (nódulo SA), que es un pequeño grupo de células ubicadas en la aurícula derecha del corazón. El nodo SA es responsable de generar los impulsos eléctricos que hacen que el corazón se contraiga. Sin embargo, el cerebro puede influir indirectamente en la frecuencia cardíaca a través del sistema nervioso autónomo, que es responsable de controlar muchas de las funciones involuntarias del cuerpo, como la respiración y la digestión. El sistema nervioso autónomo tiene dos ramas:el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. El sistema nervioso simpático acelera el ritmo cardíaco, mientras que el sistema nervioso parasimpático lo ralentiza. Cuando el cuerpo está en reposo, el sistema nervioso parasimpático es dominante y la frecuencia cardíaca es lenta. Cuando el cuerpo está bajo estrés, el sistema nervioso simpático domina y el ritmo cardíaco se acelera.