¿Cuáles son los efectos a largo plazo del ejercicio en el sistema cardiovascular?
Mejor condición cardiovascular: El ejercicio regular mejora la eficiencia del sistema cardiovascular, aumentando la capacidad del corazón para bombear sangre y transportar oxígeno a los tejidos y órganos del cuerpo.
Reducción de la frecuencia cardíaca en reposo: Con el tiempo, el ejercicio aeróbico regular puede reducir la frecuencia cardíaca en reposo. Una frecuencia cardíaca en reposo más baja indica una mayor eficiencia cardíaca, lo que significa que el corazón puede bombear más sangre con menos esfuerzo.
Presión arterial más baja: El ejercicio regular puede ayudar a reducir la presión arterial, reduciendo así el riesgo de hipertensión. El ejercicio ayuda a relajar las paredes de los vasos sanguíneos y mejorar el flujo sanguíneo, promoviendo niveles más bajos de presión arterial.
Función vascular mejorada: El ejercicio mejora el funcionamiento de los vasos sanguíneos, potenciando la vasodilatación (ensanchamiento de las arterias) y la vasoconstricción (estrechamiento de las arterias), lo que da como resultado una mejor regulación del flujo sanguíneo. Esta función vascular mejorada contribuye a una mejor salud cardiovascular.
Riesgo reducido de enfermedades cardiovasculares: El ejercicio regular es un factor destacado para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares como enfermedad de las arterias coronarias, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Al mejorar los niveles de colesterol, reducir la inflamación y mejorar la aptitud cardiovascular general, el ejercicio ayuda a mantener la salud del corazón.
Aumento del colesterol HDL ( Colesterol bueno**):El ejercicio promueve un aumento del colesterol HDL, también conocido como colesterol bueno, que juega un papel protector al prevenir la acumulación de placa y depósitos grasos en las arterias, reduciendo el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
Triglicéridos reducidos: El ejercicio regular puede reducir los niveles de triglicéridos en la sangre, contribuyendo a mejorar la salud cardiovascular y reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas.
Control mejorado de la glucosa en sangre: El ejercicio aeróbico regular puede mejorar el control de la glucosa en sangre y la sensibilidad a la insulina, lo que es particularmente beneficioso para las personas con diabetes tipo 2 o aquellas con riesgo de desarrollar la afección.
Suministro de oxígeno mejorado: Con el tiempo, el ejercicio mejora la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno a los músculos y otros tejidos, lo que permite mejorar el rendimiento físico y la resistencia.
Composición corporal mejorada: El ejercicio regular promueve una composición corporal más saludable, con un aumento de la masa muscular magra y una disminución de la grasa corporal, lo que favorece aún más la salud cardiovascular.
Es importante señalar que los beneficios del ejercicio sobre el sistema cardiovascular son graduales y progresivos. El cumplimiento constante de una rutina de ejercicio regular es crucial para lograr y mantener estas mejoras a largo plazo en la salud cardiovascular. Es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de comenzar un nuevo programa de ejercicios, especialmente para personas con afecciones o inquietudes médicas subyacentes.