¿Cómo se trata la disbiosis?

La disbiosis, un desequilibrio en la microbiota intestinal, se puede tratar mediante varios enfoques. A continuación se presentan algunas estrategias comunes que se utilizan para abordar la disbiosis:

1. Cambios en la dieta:

- Adopte una dieta equilibrada rica en alimentos integrales, incluidas frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras.

- Aumentar la ingesta de alimentos prebióticos (p. ej., ajo, cebolla, puerro, alcachofa, plátano) y alimentos ricos en probióticos (p. ej., yogur, kéfir, kombucha, chucrut).

- Reducir o eliminar alimentos procesados, bebidas azucaradas, cantidades excesivas de grasas no saludables y edulcorantes artificiales.

2. Probióticos:

- Tome suplementos probióticos que contengan cepas bacterianas beneficiosas como Lactobacillus, Bifidobacterium y Saccharomyces boulardii.

- Los alimentos probióticos también se pueden consumir de forma habitual.

3. Prebióticos:

- Incorporar a la dieta suplementos o alimentos prebióticos. Los prebióticos son compuestos no digeribles que alimentan y promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino.

4. Remedios a base de hierbas:

- Ciertas hierbas, como la menta, el jengibre, la manzanilla y el hinojo, pueden ayudar a mejorar la función digestiva y reducir los síntomas asociados con la disbiosis.

5. Modificaciones en el estilo de vida:

- El ejercicio regular y el mantenimiento de un estilo de vida activo pueden influir positivamente en la microbiota intestinal.

- El sueño adecuado y el control del estrés también son esenciales para la salud intestinal en general.

6. Reducir el uso de antibióticos:

- El uso excesivo de antibióticos puede alterar la microbiota intestinal. Cuando sean necesarios antibióticos, analice el impacto potencial con un profesional de la salud y considere tomar un suplemento probiótico durante y después del tratamiento.

7. Abordar las condiciones subyacentes:

- La disbiosis puede estar asociada con ciertas condiciones médicas como el síndrome del intestino irritable (SII), la enfermedad de Crohn y la enfermedad celíaca. El tratamiento de estas afecciones subyacentes puede ayudar a mejorar la disbiosis.

Es importante consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier tratamiento para la disbiosis, ya que el enfoque apropiado puede variar según las circunstancias individuales y la gravedad de la afección. Pueden proporcionar recomendaciones personalizadas y monitorear su progreso.