¿Su hijo tiene pérdida auditiva?
Recién nacidos:
- No se asusta ni reacciona ante sonidos fuertes.
- No gira hacia la fuente de un sonido.
- No balbucea ni emite sonidos de arrullo.
Bebés y niños pequeños:
- No responde a su nombre.
- No sigue instrucciones simples
- Tiene dificultad para entender el habla.
- Gira una oreja hacia ti cuando habla.
- Habla en voz baja o monótona.
- Observa atentamente tu rostro mientras hablas.
Niños mayores:
- Luchas en la escuela, especialmente con materias como lectura y matemáticas.
- Tiene dificultad para seguir conversaciones, especialmente en ambientes ruidosos.
- Pide a los demás que repitan lo que dicen con frecuencia.
- Sube el volumen de la televisión o la radio más alto que otros
- Se queja de dolor o malestar de oído.
- Se retira de actividades sociales.
Si nota alguno de estos signos o síntomas, es importante que un profesional calificado, como un audiólogo o un otorrinolaringólogo (médico de oído, nariz y garganta), evalúe la audición de su hijo. El diagnóstico y la intervención tempranos pueden marcar una gran diferencia en el desarrollo general y el éxito educativo de su hijo.