¿Es el ultrasonido peligroso para nuestros oídos?

El ultrasonido se refiere a ondas sonoras en frecuencias más allá del rango audible humano, generalmente iguales o superiores a 20.000 ciclos por segundo (Hertz). Si bien este rango es demasiado alto para que podamos oírlo, no significa necesariamente que el ultrasonido sea perjudicial para nuestros oídos.

Los peligros potenciales de la ecografía para los oídos dependen de la intensidad (volumen) y la frecuencia del sonido. La ecografía de baja intensidad, como la que se utiliza en imágenes médicas (ecografía de diagnóstico) o en pruebas no destructivas, generalmente se considera segura. Los profesionales y técnicos médicos toman medidas específicas para garantizar un uso seguro, especialmente durante el embarazo, donde se toman precauciones para evitar la exposición directa a tejidos delicados como los del feto.

Sin embargo, los ultrasonidos de alta intensidad, como los producidos por equipos industriales o ciertos limpiadores ultrasónicos de alta potencia, pueden causar daños auditivos y otros efectos sobre la salud si no se usan adecuadamente o si no se siguen las normas de seguridad. La exposición prolongada a ultrasonidos intensos en ciertas frecuencias puede causar daños a las delicadas estructuras del oído interno, provocando una pérdida auditiva temporal o incluso permanente.

Para minimizar cualquier riesgo, las normas de seguridad, las pautas y la capacitación adecuada son cruciales en entornos donde se utiliza ultrasonido de alta intensidad. Estas medidas tienen como objetivo controlar los niveles de exposición, especificar distancias apropiadas desde la fuente y proporcionar la protección auditiva necesaria para evitar posibles daños. El cumplimiento de estas regulaciones y el uso responsable ayuda a garantizar que la tecnología de ultrasonido se pueda utilizar de manera segura en diversas aplicaciones industriales, médicas y científicas.

En resumen, si bien el ultrasonido de baja intensidad generalmente se considera seguro, el ultrasonido de alta intensidad requiere un manejo adecuado y precauciones de seguridad para evitar efectos adversos en la audición y la salud en general.