¿Un infarto causa la muerte?

Si bien un ataque cardíaco puede poner en peligro la vida y es una emergencia médica grave, no siempre causa la muerte. La gravedad y las consecuencias de un ataque cardíaco pueden variar dependiendo de varios factores, incluido el alcance y la ubicación de la obstrucción en las arterias coronarias, la duración de la obstrucción, la salud general del individuo y la rapidez y eficacia del tratamiento médico recibido.

Durante un ataque cardíaco, el suministro de sangre a una parte del músculo cardíaco se bloquea, lo que provoca falta de oxígeno y daño al tejido cardíaco. Esto puede causar dolor intenso en el pecho, dificultad para respirar, náuseas y otros síntomas. Si el ataque cardíaco es grave y prolongado, puede provocar un daño significativo al músculo cardíaco, lo que puede afectar la función de bombeo del corazón y eventualmente causar la muerte.

Afortunadamente, los avances en la atención médica y los tratamientos para los ataques cardíacos han mejorado significativamente la tasa de supervivencia. Las intervenciones oportunas, como atención médica de emergencia, medicamentos y procedimientos como la angioplastia (apertura de la arteria bloqueada) o el injerto de derivación de la arteria coronaria (CABG, por sus siglas en inglés), pueden restaurar el flujo sanguíneo al corazón y prevenir daños mayores, reduciendo así el riesgo de muerte.

Es importante reconocer los signos y síntomas de un ataque cardíaco y buscar atención médica inmediata si usted o alguien que conoce los está experimentando. La intervención temprana y la atención médica adecuada pueden aumentar significativamente las posibilidades de una recuperación exitosa y reducir el riesgo de complicaciones graves o muerte.