Las células del músculo cardíaco, también llamadas cardiomiocitos, son las principales células funcionales del corazón. Estas células son responsables de la contracción y relajación rítmica del corazón que bombea sangre por todo el cuerpo. Cuando las células cardíacas se dañan o se pierden, no pueden regenerarse y son reemplazadas por tejido cicatricial. Este tejido cicatricial está compuesto por fibroblastos y otras células no contráctiles que no contribuyen a la función de bombeo del corazón. La formación de tejido cicatricial puede afectar la capacidad del corazón para contraerse eficazmente, provocando insuficiencia cardíaca si el daño es extenso. Se están realizando esfuerzos de investigación para explorar posibles terapias que podrían promover la regeneración de las células cardíacas y limitar la formación de tejido cicatricial después de una lesión cardíaca.