¿Cuáles son los efectos a largo plazo de la hepatitis?
Hepatitis A:
- No suele provocar efectos a largo plazo. Sin embargo, en casos raros, puede provocar insuficiencia hepática, especialmente en personas con una enfermedad hepática subyacente.
Hepatitis B:
- La infección crónica por hepatitis B puede provocar daño hepático, incluida cirrosis y cáncer de hígado.
- La cirrosis es una afección en la que el hígado queda cicatrizado y dañado, lo que afecta su capacidad para funcionar correctamente.
- El cáncer de hígado es el desarrollo de tumores malignos en el hígado.
Hepatitis C:
- La infección crónica por hepatitis C también puede provocar daño hepático, cirrosis y cáncer de hígado.
- Además, las personas con hepatitis C crónica pueden experimentar fatiga, dolor en las articulaciones y problemas en la piel.
Hepatitis D:
- La infección por hepatitis D sólo puede ocurrir en personas que ya están infectadas con hepatitis B. Puede acelerar la progresión de la enfermedad hepática y aumentar el riesgo de desarrollar cirrosis y cáncer de hígado.
Hepatitis E:
- La infección aguda por hepatitis E no suele provocar efectos a largo plazo. Sin embargo, la infección crónica por hepatitis E puede ocurrir en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellas con VIH o trasplantes de órganos, y puede provocar daño hepático.
Es importante tener en cuenta que no todas las personas que tienen hepatitis desarrollarán estos efectos a largo plazo y el curso de la enfermedad puede variar mucho de persona a persona. La vacunación contra la hepatitis A y B, practicar sexo seguro, evitar el contacto con sangre contaminada y seguir las medidas de higiene recomendadas pueden ayudar a reducir el riesgo de infección y las complicaciones posteriores a largo plazo.