¿Quién es candidato para el tratamiento de la hepatitis b?
1. Hepatitis B crónica: Generalmente se recomienda el tratamiento para personas con hepatitis B crónica, lo que significa que han tenido la infección durante más de seis meses. La infección crónica por VHB puede provocar daño hepático, cirrosis y cáncer de hígado.
2. Niveles de ADN del VHB: Los niveles altos de ADN del VHB en la sangre indican una carga viral alta y un mayor riesgo de daño hepático. Por lo general, el tratamiento se recomienda para personas con niveles de ADN del VHB persistentemente elevados.
3. Daño hepático: Se puede recomendar tratamiento si hay evidencia de daño hepático, como enzimas hepáticas elevadas, inflamación o fibrosis. El daño hepático se puede evaluar mediante análisis de sangre y biopsias de hígado.
4. Cirrosis hepática: Se recomienda encarecidamente el tratamiento para personas con cirrosis hepática causada por una infección por VHB. La cirrosis es una etapa avanzada de la cicatrización del hígado que puede provocar insuficiencia hepática y complicaciones.
5. Factores de riesgo: Ciertas personas tienen un mayor riesgo de desarrollar complicaciones por la infección por VHB y se les puede dar prioridad para el tratamiento. Estos incluyen personas con coinfecciones (p. ej., hepatitis C o VIH), personas con antecedentes familiares de enfermedad hepática, personas inmunodeprimidas o personas que tienen conductas de alto riesgo (p. ej., uso de drogas intravenosas o relaciones sexuales sin protección).
6. Edad: El tratamiento podría ser más beneficioso para las personas más jóvenes que tienen una esperanza de vida más larga para prevenir complicaciones hepáticas a largo plazo.
7. Embarazo: Las mujeres embarazadas con infección por VHB pueden requerir una estrecha vigilancia y tratamiento antiviral para prevenir la transmisión del virus al recién nacido.
Es fundamental consultar con un proveedor de atención médica especializado en enfermedades hepáticas (hepatólogo) o un especialista en enfermedades infecciosas para determinar el mejor enfoque de tratamiento según las circunstancias individuales y la evaluación de diversos factores. Pueden recomendar las opciones de tratamiento más adecuadas y controlar la respuesta a la terapia.