¿Qué otros problemas requieren un trasplante de hígado?
1. Atresia biliar:esta es una afección poco común que ocurre en bebés e implica la ausencia o el desarrollo anormal de los conductos biliares, lo que lleva a un daño hepático progresivo. El trasplante de hígado suele ser la única opción de tratamiento para la atresia biliar.
2. Colangitis biliar primaria (CBP):la CBP es una enfermedad hepática crónica caracterizada por la destrucción de los pequeños conductos biliares del hígado. El trasplante de hígado puede ser necesario en casos avanzados cuando el daño hepático es grave y no existen otras opciones de tratamiento eficaces.
3. Colangitis esclerosante primaria (PSC):la CEP es una enfermedad hepática crónica que implica inflamación y cicatrización de los conductos biliares, tanto dentro como fuera del hígado. El trasplante de hígado se considera para personas con CEP avanzada que han experimentado daños o complicaciones hepáticos importantes, como infecciones recurrentes o estenosis de las vías biliares.
4. Síndrome de Budd-Chiari:El síndrome de Budd-Chiari es una afección caracterizada por la obstrucción de las venas hepáticas, que son los vasos sanguíneos que transportan sangre desde el hígado al corazón. Esta obstrucción puede provocar daño hepático y puede requerir un trasplante de hígado en casos graves.
5. Hemocromatosis:La hemocromatosis es un trastorno genético que hace que el cuerpo absorba demasiado hierro, lo que provoca una sobrecarga de hierro y daño a varios órganos, incluido el hígado. El trasplante de hígado puede ser necesario en personas con daño hepático grave causado por hemocromatosis.
6. Enfermedad de Wilson:la enfermedad de Wilson es un trastorno genético que provoca la acumulación de cobre en el hígado y otros órganos. Se puede considerar el trasplante de hígado para personas con daño hepático avanzado o complicaciones neurológicas debido a la enfermedad de Wilson.
La decisión de someterse a un trasplante de hígado por cualquiera de estas afecciones depende de varios factores, incluida la gravedad del daño hepático, la causa subyacente, la salud general del paciente y la disponibilidad de un órgano donante adecuado.