La hepatitis B se transmite principalmente por contacto con sangre o fluidos corporales infectados. Si bien la contaminación del agua puede contribuir a la propagación de ciertas enfermedades, la hepatitis B no suele asociarse con la contaminación del agua. La hepatitis A, por otro lado, puede transmitirse a través de agua o alimentos contaminados. El saneamiento adecuado, las prácticas de higiene y la vacunación contra la hepatitis A y B pueden ayudar a prevenir la infección.