¿Qué le sucede a la persona infectada con herpes después del segundo año?

Después de la infección inicial con el virus del herpes, que suele ocurrir durante el primer o segundo año de vida, el virus establece una infección latente en los ganglios nerviosos sensoriales. Durante esta fase latente, el virus no se replica activamente y es posible que la persona no experimente ningún síntoma. Sin embargo, el virus puede reactivarse periódicamente y provocar brotes recurrentes de herpes labial o herpes genital.

La frecuencia de los brotes recurrentes varía de persona a persona. Es posible que algunas personas solo experimenten unos pocos brotes a lo largo de su vida, mientras que otras pueden tener brotes más frecuentes. La gravedad de los brotes también puede variar, desde una leve molestia hasta un dolor intenso y ampollas.

No existe cura para el herpes, pero existen tratamientos que pueden ayudar a reducir la frecuencia y gravedad de los brotes. Estos tratamientos incluyen medicamentos antivirales, ungüentos tópicos y cambios en el estilo de vida, como evitar los desencadenantes que pueden provocar brotes.

En la mayoría de los casos, las infecciones por herpes no ponen en peligro la vida. Sin embargo, en algunos casos, el virus puede provocar complicaciones graves como encefalitis (inflamación del cerebro) o meningitis (inflamación de la médula espinal). Estas complicaciones son más comunes en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellas con VIH/SIDA o cáncer.