El momento adecuado para mantener un registro de la ingesta de líquidos de un paciente es inmediatamente después de que el paciente haya consumido líquidos. Este tiempo ayuda a garantizar que los datos registrados sean precisos y completos, ya que elimina posibles fallos o retrasos en la memoria que puedan provocar entradas perdidas o inexactas. Además, tener una práctica constante de registrar la ingesta de líquidos de inmediato puede simplificar el proceso para los proveedores de atención médica al recopilar y evaluar el equilibrio general de líquidos del paciente y monitorear su estado de hidratación.