¿Las personas que usan protección siguen contrayendo la infección por VIH?
1. Uso incorrecto o inconsistente del condón: Los condones son muy eficaces para prevenir la transmisión del VIH cuando se usan correcta y consistentemente durante cada encuentro sexual. Sin embargo, si los condones no se usan correctamente, como por ejemplo si se resbalan durante las relaciones sexuales, o si se rompen, el riesgo de infección aumenta. Además, no usar condones durante cada encuentro sexual con una pareja infectada aumenta el riesgo de transmisión.
2. Otras infecciones de transmisión sexual (ITS): La presencia de otras ITS no tratadas, como sífilis, herpes o clamidia, puede aumentar el riesgo de transmisión del VIH incluso cuando se utiliza protección. Estas ITS pueden causar llagas o roturas en la piel o las membranas mucosas, lo que facilita la entrada del VIH al cuerpo.
3. Conductas sexuales de alto riesgo: Participar en ciertas prácticas sexuales de alto riesgo, como el sexo anal o el sexo sin protección con múltiples parejas, puede aumentar el riesgo de infección por VIH incluso con el uso de condones. Estas prácticas aumentan la probabilidad de exposición a fluidos corporales infectados.
4. Carga viral de la pareja infectada: La cantidad de VIH en la sangre y otros fluidos corporales de una persona infectada (carga viral) puede influir en el riesgo de transmisión. Una persona con una carga viral alta tiene más probabilidades de transmitir el VIH incluso usando condón.
5. Lubricación inadecuada: El sexo seco puede aumentar el riesgo de que el condón se rompa y aumentar la probabilidad de que el VIH ingrese al cuerpo. La lubricación adecuada durante las relaciones sexuales puede ayudar a reducir este riesgo.
6. Defectos o fallas del condón: Aunque es poco común, los condones pueden tener defectos de fabricación o fallar debido a un almacenamiento o manipulación inadecuados. Esto puede comprometer la eficacia del condón y aumentar el riesgo de transmisión del VIH.
Es importante comprender que, si bien el uso de protección es una medida preventiva crucial contra la infección por VIH, no es 100% efectivo. Por lo tanto, es fundamental combinar el uso correcto y constante del condón con otras estrategias preventivas como la profilaxis previa a la exposición (PrEP), conocer el estado serológico respecto del VIH y reducir las conductas sexuales de riesgo.