Tratamientos y vacunas contra el COVID-19:¿cuándo pronto?

Vacunas:

AstraZeneca/Oxford: La vacuna AstraZeneca/Oxford COVID-19 está elaborada a partir de una versión debilitada de un virus del resfriado común (adenovirus) que ha sido modificado genéticamente para transportar la proteína de pico del SARS-CoV-2. La vacuna es producida por la empresa farmacéutica AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford.

Actualmente, la vacuna de AstraZeneca/Oxford se encuentra en la fase 3 de ensayos en varios países. Los resultados de estos ensayos se esperan para finales de 2020 o principios de 2021. Si la vacuna demuestra ser eficaz y segura, podría lanzarse para uso público a principios de 2021.

Pfizer/BioNTech: La vacuna Pfizer/BioNTech COVID-19 se desarrolla utilizando tecnología de ARN mensajero (ARNm). Las moléculas de ARNm llevan las instrucciones genéticas para producir proteínas. En este caso, el ARNm de la vacuna lleva las instrucciones para producir la proteína de pico del SARS-CoV-2. La vacuna es producida por la empresa farmacéutica Pfizer en colaboración con la empresa de biotecnología alemana BioNTech.

El ensayo de fase 3 de la vacuna Pfizer/BioNTech comenzó en julio de 2020. Los resultados del ensayo se esperan para finales de noviembre o principios de diciembre de 2020. Si la vacuna demuestra ser eficaz y segura, es posible que esté disponible para uso público tan pronto como Diciembre de 2020.

Moderno: Al igual que la vacuna Pfizer/BioNTech, la vacuna Moderna COVID-19 también utiliza tecnología de ARNm para estimular una respuesta inmune contra el SARS-CoV-2. La vacuna es producida por la empresa de biotecnología estadounidense Moderna.

Los ensayos de fase 3 de la vacuna Moderna comenzaron en julio de 2020. Los resultados preliminares del ensayo mostraron que la vacuna tiene una eficacia del 94,5 % en la prevención del COVID-19. Actualmente, la vacuna está siendo evaluada por las autoridades reguladoras y podría estar disponible para uso público a principios de 2021.

Tratamientos:

Remdesivir: Remdesivir es un fármaco antiviral que se desarrolló originalmente para tratar el ébola. Sin embargo, ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de pacientes con COVID-19. El fármaco actúa inhibiendo la replicación del SARS-CoV-2.

En un ensayo clínico patrocinado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), se descubrió que remdesivir acorta el tiempo de recuperación de los pacientes con COVID-19 de 15 a 11 días. El medicamento recibió autorización de uso de emergencia (EUA) por parte de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU. (FDA) para el tratamiento de COVID-19.

Dexametasona: La dexametasona es un fármaco esteroide que se usa comúnmente para reducir la inflamación en diversas afecciones, incluidas las enfermedades respiratorias. En ensayos clínicos, se ha demostrado que la dexametasona mejora las tasas de supervivencia en pacientes graves con COVID-19 que requieren oxígeno.

El ensayo RECOVERY (Evaluación aleatoria de la terapia COVID-19), realizado en el Reino Unido, encontró que la dexametasona redujo el riesgo de muerte en un tercio en pacientes con ventiladores y en una quinta parte en pacientes con oxígeno. Desde entonces, muchas autoridades sanitarias de todo el mundo han recomendado el uso de dexametasona en casos graves de COVID-19.

Plasma de convaleciente: El plasma convaleciente es el plasma sanguíneo extraído de personas que se han recuperado de COVID-19. Este plasma contiene anticuerpos contra el SARS-CoV-2, que potencialmente pueden proporcionar inmunidad al virus cuando se transfunden a pacientes con infección activa.

El plasma de convalecientes ha mostrado resultados prometedores en ensayos clínicos como tratamiento potencial para la COVID-19. Sin embargo, se necesita más investigación para determinar su efectividad y uso óptimo. La FDA ha emitido una EUA para el uso de plasma convaleciente en el tratamiento de pacientes hospitalizados con COVID-19.

Es importante tener en cuenta que los plazos para la disponibilidad de las vacunas y tratamientos contra el COVID-19 pueden variar según los ensayos clínicos en curso, las aprobaciones regulatorias y las capacidades de fabricación.