Cuando los antígenos de los eritrocitos se unen a los anticuerpos del plasma, se produce la aglutinación, que es la acumulación de glóbulos rojos. Este proceso también se conoce como hemaglutinación. La aglutinación ocurre cuando los anticuerpos se unen a antígenos específicos en la superficie de los glóbulos rojos, lo que hace que se entrecrucen y formen grumos. Esto puede provocar diversos problemas de salud, como anemia y reacciones a transfusiones, si la aglutinación es grave o incompatible.