¿Qué produce calor y destruye los patógenos?
La producción de calor para destruir patógenos a menudo se logra mediante una técnica de esterilización conocida como autoclave. Los autoclaves son cámaras de presión especializadas que dependen del vapor a alta temperatura para eliminar microorganismos y esporas de manera efectiva. El proceso implica colocar los materiales o equipos a esterilizar dentro de la cámara del autoclave y someterlos a vapor a alta presión que generalmente oscila entre 121° Celsius (250° Fahrenheit) y 134° Celsius (273° Fahrenheit) durante un período específico. Esta combinación de intenso calor y presión penetra y destruye las estructuras celulares de los patógenos, incluidas sus esporas resistentes.
Los autoclaves se utilizan ampliamente en laboratorios, entornos sanitarios y diversas industrias para esterilizar instrumentos, dispositivos médicos, consumibles de laboratorio y otros materiales que no pueden soportar altas temperaturas. La alta temperatura generada por el vapor coagula eficazmente las proteínas y altera la integridad de los componentes celulares, asegurando una desinfección completa y eliminando cualquier posible agente infeccioso.