Un ejemplo de contacto indirecto que propaga algunas enfermedades infecciosas es tocar fómites. Los fómites son objetos o superficies que están contaminados con agentes infecciosos y pueden transmitir infecciones a una persona que entra en contacto con ellos. Los ejemplos incluyen pomos de puertas, botones de ascensores, encimeras y utensilios. Si una persona infectada toca estas superficies, puede dejar microorganismos infecciosos, que luego pueden transferirse a otra persona que toque la misma superficie. Por eso es importante lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse la cara después del contacto con superficies públicas.