Un ejemplo de enfermedad no infecciosa es el asma. El asma es una enfermedad respiratoria crónica caracterizada por inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, lo que provoca episodios recurrentes de sibilancias, tos, opresión en el pecho y dificultad para respirar. Es una enfermedad no transmisible, lo que significa que no se puede transmitir de persona a persona mediante contacto o exposición a un agente infeccioso. En cambio, el asma se desencadena por diversos factores, como alérgenos (p. ej., polen, ácaros del polvo), contaminantes del aire, infecciones respiratorias, estrés y ciertos medicamentos. Es una condición compleja que involucra factores genéticos, ambientales e inmunológicos.