El tiempo que tarda una persona en morir después de haber sido infectado con una enfermedad puede variar ampliamente según la enfermedad específica, la respuesta inmunitaria del individuo y la disponibilidad de atención médica. Algunas enfermedades, como la rabia o ciertas cepas del virus del Ébola, pueden causar la muerte en cuestión de días o incluso horas si no se tratan. Otras enfermedades, como el VIH o la tuberculosis, pueden tener largos períodos de incubación y pueden tardar meses o incluso años en causar enfermedades graves o la muerte. En general, la atención y el tratamiento médicos oportunos pueden mejorar significativamente las posibilidades de supervivencia de muchas enfermedades infecciosas.