La mayoría de las bacterias son beneficiosas. De hecho, sólo alrededor del 1% de todas las bacterias son patógenas o causantes de enfermedades. La gran mayoría de las bacterias son realmente beneficiosas y desempeñan funciones importantes en el medio ambiente y en nuestro cuerpo. Por ejemplo, las bacterias ayudan a descomponer la materia orgánica, reciclar nutrientes y producir oxígeno. También nos ayudan a digerir los alimentos, combatir infecciones y producir vitaminas. Las bacterias anaeróbicas son aquellas que no necesitan oxígeno para sobrevivir. Algunas bacterias anaeróbicas son beneficiosas, como las que nos ayudan a digerir los alimentos, mientras que otras son patógenas, como las que provocan el tétanos y el botulismo.