No es posible realizar una prueba de paternidad al comienzo del primer trimestre, ya que el embrión o el feto necesita tiempo para desarrollarse hasta una etapa en la que se pueda obtener suficiente material genético para realizar la prueba. En la mayoría de los casos, la prueba de paternidad se puede realizar durante el embarazo mediante una prueba prenatal no invasiva (NIPT) o después del nacimiento del bebé.