Cómo lograr un peso saludable La enfermedad de Crohn

Llevar una dieta saludable y mantener un peso saludable puede ser especialmente importante para las personas con enfermedad de Crohn. Aquí hay algunas razones por las cuales:

1. Pérdida de peso y desnutrición:La enfermedad de Crohn puede provocar pérdida de peso y desnutrición debido a diversos factores como la mala absorción de nutrientes, la inflamación y la pérdida de apetito. Mantener un peso saludable puede ayudar a prevenir estos problemas y garantizar que el cuerpo tenga la energía y los nutrientes adecuados para funcionar correctamente.

2. Síntomas de la enfermedad de Crohn:la pérdida de peso y la desnutrición pueden empeorar los síntomas de la enfermedad de Crohn, como fatiga, debilidad y dolor abdominal. Mantener un peso saludable puede ayudar a aliviar estos síntomas y mejorar el bienestar general.

3. Interacciones entre medicamentos:algunos medicamentos utilizados para tratar la enfermedad de Crohn pueden afectar el peso. Por ejemplo, los corticosteroides, que a menudo se utilizan para reducir la inflamación, pueden provocar un aumento de peso. Mantener un peso saludable puede ayudar a mitigar estos efectos secundarios y prevenir más complicaciones relacionadas con el peso.

4. Mayor riesgo de complicaciones:tener bajo peso o sobrepeso puede aumentar el riesgo de complicaciones en personas con enfermedad de Crohn. Por ejemplo, las personas con bajo peso pueden tener un mayor riesgo de infecciones y retraso en la cicatrización de heridas, mientras que las personas con sobrepeso u obesidad pueden tener más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud relacionados con la obesidad.

5. Cirugía:algunas personas con enfermedad de Crohn pueden requerir cirugía para extirpar partes dañadas del intestino. Mantener un peso saludable puede ayudar a reducir los riesgos quirúrgicos, mejorar la recuperación y facilitar mejores resultados después de la cirugía.

Para mantener un peso saludable con la enfermedad de Crohn, es esencial trabajar en estrecha colaboración con un proveedor de atención médica y un dietista registrado. Pueden desarrollar un plan de nutrición personalizado que considere las necesidades específicas del individuo, la actividad de la enfermedad y el régimen de medicación. Este plan debe centrarse en consumir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables, evitando alimentos que desencadenen síntomas o exacerben la afección. La actividad física regular, según se tolere, también puede contribuir al control del peso y a la salud en general.