¿Qué es la enfermedad celíaca?
La enfermedad celíaca suele asociarse con síntomas gastrointestinales como:
- Dolor abdominal e hinchazón.
- Diarrea o estreñimiento
- Pérdida de peso o dificultad para ganar peso.
- Gases y flatulencias
- Anemia por deficiencia de hierro inexplicable.
- Fatiga y cansancio crónico
Sin embargo, la enfermedad celíaca también puede presentarse con manifestaciones no gastrointestinales, que incluyen:
- Erupciones cutáneas, como dermatitis herpetiforme.
- Síntomas neurológicos como depresión, ansiedad o dolores de cabeza.
- Infertilidad o abortos espontáneos recurrentes.
- Defectos del esmalte dental o retraso de la pubertad en niños
- Dolor en las articulaciones o calambres musculares.
El diagnóstico de la enfermedad celíaca implica análisis de sangre para detectar anticuerpos específicos y marcadores genéticos asociados con la afección. La confirmación puede requerir una biopsia del intestino delgado para evaluar el daño a las vellosidades. Es importante seguir consumiendo gluten hasta que se completen las pruebas de diagnóstico, ya que una dieta sin gluten antes de las pruebas puede dar lugar a resultados falsos negativos.
El tratamiento de la enfermedad celíaca implica el estricto cumplimiento de una dieta sin gluten, es decir, evitar por completo los alimentos que contienen gluten. Inicialmente, un profesional de la salud o un dietista registrado pueden brindar orientación sobre cómo seguir una dieta sin gluten de manera efectiva, identificando las fuentes de gluten oculto y creando una dieta segura y equilibrada. El tratamiento a largo plazo de la enfermedad celíaca implica principalmente cambios en el estilo de vida dietético y un seguimiento regular con proveedores de atención médica para monitorear el progreso y controlar cualquier complicación.