¿Qué es la enteritis del intestino delgado?
La inflamación en el intestino delgado puede alterar su función normal, incluida la absorción de nutrientes, el equilibrio de líquidos y la digestión. Varios factores pueden causar enteritis del intestino delgado, provocando síntomas como dolor abdominal, diarrea, hinchazón, pérdida de peso y mala absorción de nutrientes.
Las causas de la enteritis del intestino delgado pueden incluir:
Infecciones :Las infecciones bacterianas, virales o parasitarias pueden causar inflamación en el intestino delgado. Los agentes infecciosos comunes incluyen bacterias como Campylobacter, Shigella, E. coli y Salmonella, así como virus como el norovirus o el rotavirus.
Enfermedad celíaca :Un trastorno autoinmune en el que el cuerpo genera una respuesta inmune al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno. Esta respuesta puede causar inflamación y daño al revestimiento del intestino delgado.
Enfermedad de Crohn :Enfermedad intestinal inflamatoria crónica que afecta el tracto digestivo, incluido el intestino delgado. La enfermedad de Crohn causa inflamación y daño a la pared intestinal, lo que provoca síntomas abdominales.
Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) :El uso prolongado de ciertos AINE, como el ibuprofeno o el naproxeno, puede irritar el intestino delgado y causar inflamación.
Radioterapia :El tratamiento con radiación para los cánceres abdominales o pélvicos puede dañar el intestino delgado y provocar enteritis.
Reacciones alérgicas :Algunas personas pueden experimentar enteritis como resultado de alergias a ciertos alimentos o sustancias.
Otras causas :La enteritis del intestino delgado también puede ser causada por factores genéticos, trastornos del sistema inmunológico, ciertos medicamentos o anomalías estructurales en el tracto digestivo.
El diagnóstico de enteritis del intestino delgado puede implicar diversas pruebas, como análisis de sangre, análisis de heces, endoscopia y biopsias. El tratamiento generalmente depende de la causa subyacente y tiene como objetivo abordar la inflamación, controlar los síntomas y prevenir complicaciones.