¿Qué tan peligrosa es la infección renal?
Infección renal leve:
Una infección renal leve puede causar síntomas como fiebre, escalofríos, dolor de espalda y orina turbia o con mal olor. En la mayoría de los casos, una infección leve se puede tratar con antibióticos y reposo y, por lo general, se resuelve sin causar ningún daño duradero.
Infección renal moderada:
Una infección renal moderada puede causar síntomas más graves, como fiebre alta, escalofríos intensos, dolor intenso en el costado, náuseas y vómitos. También puede provocar deshidratación, desequilibrios electrolíticos y sepsis (una infección del torrente sanguíneo potencialmente mortal). El tratamiento generalmente implica antibióticos, líquidos y tratamiento del dolor por vía intravenosa.
Infección renal grave:
Una infección renal grave puede ser una emergencia médica y requerir hospitalización. Los síntomas pueden incluir fiebre alta, escalofríos, dolor intenso en el costado, náuseas, vómitos, confusión y disminución de la producción de orina. La sepsis y la insuficiencia orgánica pueden desarrollarse rápidamente, lo que hace que el diagnóstico y el tratamiento oportunos sean cruciales. El tratamiento generalmente implica terapia intensiva con antibióticos, líquidos intravenosos y cuidados de apoyo para mantener las funciones vitales.
En algunos casos, una infección renal puede provocar complicaciones como cicatrización de los riñones, enfermedad renal crónica e insuficiencia renal. Es importante buscar atención médica inmediata si sospecha una infección renal para garantizar el tratamiento adecuado y minimizar el riesgo de complicaciones graves.