¿Cómo se diagnostica un riñón trasplantado lesionado?

El diagnóstico de un riñón trasplantado lesionado implica varios pasos:

1. Historial médico: El médico tomará un historial médico detallado, incluida información sobre el trasplante, la salud general del paciente y cualquier síntoma que esté experimentando.

2. Examen físico: El médico realizará un examen físico, prestando atención a los signos de retención de líquidos, como hinchazón en las piernas o los pies, presión arterial alta y cualquier sensibilidad o dolor en el área del riñón trasplantado.

3. Pruebas de Laboratorio: Es posible que se soliciten análisis de sangre y orina para evaluar la función renal, incluidos los niveles de creatinina sérica, nitrógeno ureico en sangre (BUN), electrolitos y análisis de orina. Los cambios en estos valores pueden indicar lesión renal.

4. Estudios de Imagenología: Se pueden realizar pruebas de imágenes, como ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética, para visualizar el riñón trasplantado y evaluar cualquier anomalía en el tamaño, la forma o el flujo sanguíneo.

5. Biopsia: En algunos casos, puede ser necesaria una biopsia de riñón para obtener una muestra de tejido del riñón trasplantado para un examen más detallado bajo un microscopio. Esto puede ayudar a identificar la causa específica de la lesión y guiar el tratamiento.

6. Pruebas funcionales: Se pueden realizar pruebas funcionales, como la tasa de filtración glomerular (TFG) y la depuración de creatinina, para evaluar la capacidad del riñón para filtrar productos de desecho y regular el equilibrio de líquidos.

Al combinar la información recopilada en estos pasos de diagnóstico, el médico puede hacer un diagnóstico preciso de un riñón trasplantado lesionado y determinar el plan de tratamiento adecuado.