¿Qué pasaría si un cálculo renal bloqueara uno de los conductos colectores?
1. Deterioro del flujo de orina:el conducto colector es un pequeño tubo que ayuda a transportar la orina desde las nefronas (unidades funcionales de los riñones) hasta la pelvis renal. Cuando un cálculo renal bloquea el conducto colector, obstruye el flujo de orina hacia abajo, provocando una acumulación de orina en el riñón afectado.
2. Aumento de presión:a medida que la orina se acumula en el riñón, puede provocar un aumento de presión dentro del sistema colector y en el propio riñón. Esta condición se conoce como hidronefrosis. La presión elevada puede dañar las delicadas estructuras del riñón y alterar su función.
3. Dolor:la obstrucción del conducto colector puede causar dolor intenso en la espalda o el costado, a menudo denominado dolor en el flanco. El dolor puede ser intermitente o constante y puede variar de leve a insoportable.
4. Riesgo de infección:la estasis (estancamiento) de la orina debido a la obstrucción puede aumentar el riesgo de infecciones del tracto urinario (ITU). Las bacterias pueden multiplicarse en la orina atrapada, lo que provoca inflamación e infección en el riñón, los conductos colectores y otras partes del sistema urinario.
5. Disminución de la función renal:la obstrucción prolongada del conducto colector puede provocar una disminución de la función renal. Si la obstrucción persiste y no se trata a tiempo, puede causar un daño significativo al tejido renal, lo que podría provocar una enfermedad renal crónica (ERC).
6. Complicaciones adicionales:en casos graves, si la obstrucción afecta a ambos riñones o si hay otras afecciones subyacentes, puede provocar complicaciones más graves, como insuficiencia renal, sepsis (una infección sistémica potencialmente mortal) e incluso daño renal permanente. .
Es importante buscar atención médica si experimenta dolor persistente en el flanco, dificultad para orinar o cualquier otro síntoma preocupante que pueda indicar un cálculo renal u obstrucción del tracto urinario. El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno son esenciales para minimizar el riesgo de complicaciones y garantizar una función renal adecuada.