¿Cuándo se necesita diálisis?
Enfermedad Renal Crónica (ERC)
En la ERC, los riñones pierden gradualmente su capacidad de funcionar eficazmente. A medida que avanza la enfermedad, los productos de desecho pueden acumularse en el torrente sanguíneo, lo que provoca una afección llamada uremia. La diálisis suele ser necesaria cuando la ERC alcanza una etapa avanzada (etapa 5) y los riñones ya no pueden realizar adecuadamente sus funciones.
Lesión renal aguda (IRA)
La IRA, también conocida como insuficiencia renal aguda, es una pérdida repentina y potencialmente reversible de la función renal. Puede ocurrir debido a diversas causas, incluidas infecciones graves, deshidratación, ciertos medicamentos y complicaciones de una cirugía mayor. Es posible que se requiera diálisis temporalmente en casos graves de IRA para respaldar la función renal mientras se aborda y trata la causa subyacente.
Indicaciones de diálisis:
1. Niveles elevados de creatinina y nitrógeno ureico en sangre (BUN): Los niveles altos de BUN y creatinina en la sangre indican insuficiencia renal. Cuando estos niveles superan ciertos umbrales y causan síntomas o suponen riesgos, puede ser necesaria la diálisis.
2. Sobrecarga de líquidos y desequilibrios de electrolitos: Cuando los riñones no pueden eliminar el exceso de líquido y mantener el equilibrio electrolítico adecuado, la diálisis puede ayudar a eliminar el exceso de líquido y corregir los desequilibrios.
3. Uremia y Acidosis: La acumulación de productos de desecho y ácidos metabólicos en la sangre puede provocar uremia y acidosis metabólica. La diálisis puede ayudar a eliminar estas sustancias nocivas y restablecer el equilibrio del pH del cuerpo.
4. Hiperpotasemia: Los niveles elevados de potasio en la sangre (hiperpotasemia) pueden provocar alteraciones del ritmo cardíaco y otras complicaciones. La diálisis puede ayudar a reducir los niveles de potasio y estabilizar la actividad eléctrica del corazón.
A menudo se recomienda la diálisis cuando aparecen ciertos síntomas y complicaciones de la insuficiencia renal, como fatiga, debilidad, dificultad para respirar, náuseas, vómitos, hinchazón de los pies, manos y cara, y aumento de peso inexplicable.
El tipo de diálisis requerida (hemodiálisis o diálisis peritoneal) y su frecuencia (aguda o crónica) dependen de la condición del individuo, el historial médico y la gravedad de la disfunción renal. La diálisis generalmente se realiza en un hospital o en un centro de diálisis especializado bajo la supervisión de profesionales de la salud.