¿Qué es un luecocito?
Los leucocitos se producen en la médula ósea y se transportan por todo el cuerpo a través de la sangre y la linfa. Se clasifican en dos grandes categorías:granulocitos y agranulocitos. Los granulocitos (neutrófilos, eosinófilos y basófilos) se caracterizan por la presencia de gránulos en su citoplasma. Los agranulocitos (linfocitos y monocitos) no contienen gránulos.
Los neutrófilos son el tipo de leucocito más abundante y representan entre el 50% y el 70% de todos los glóbulos blancos. Son fagocíticos, lo que significa que pueden fagocitar y destruir partículas extrañas. Los neutrófilos también participan en la respuesta inflamatoria.
Los eosinófilos constituyen del 1% al 3% de todos los glóbulos blancos. Intervienen en la defensa contra infecciones parasitarias y alergias. Los eosinófilos también liberan sustancias químicas que pueden dañar los tejidos, contribuyendo a la inflamación que se produce en el asma y otras reacciones alérgicas.
Los basófilos constituyen menos del 1% de todos los glóbulos blancos. Están involucrados en la respuesta inflamatoria y en la liberación de histamina, una sustancia química que hace que los vasos sanguíneos se dilaten y pierdan líquido.
Los linfocitos son el segundo tipo de leucocito más abundante y representan entre el 20% y el 30% de todos los glóbulos blancos. Los linfocitos se dividen en dos tipos principales:células B y células T. Las células B producen anticuerpos, que son proteínas que ayudan al cuerpo a reconocer y destruir invasores extraños. Las células T ayudan a matar las células infectadas y a regular la respuesta inmune.
Los monocitos constituyen del 5% al 10% de todos los glóbulos blancos. Son fagocíticos y pueden fagocitar y destruir partículas extrañas. Los monocitos también se diferencian en macrófagos, que son células que se encuentran en los tejidos y que desempeñan un papel en la respuesta inflamatoria.