¿Es lo mismo lupus y fibromialgia?

El lupus y la fibromialgia son dos afecciones médicas distintas que pueden tener síntomas similares, pero no son iguales.

Lupus eritematoso sistémico (LES), comúnmente llamado lupus, es una enfermedad autoinmune crónica que puede dañar varias partes del cuerpo, incluidas las articulaciones, la piel, los riñones, las células sanguíneas, el corazón y los pulmones. Las enfermedades autoinmunes son aquellas en las que el sistema inmunológico del cuerpo ataca sus propios tejidos y órganos en lugar de invasores extraños como virus y bacterias. El lupus puede variar desde leve hasta potencialmente mortal.

Los síntomas comunes del lupus pueden incluir:

- Fatiga

- Dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones.

- Problemas de la piel como erupciones cutáneas y sensibilidad al sol.

- Fiebre y dolores de cabeza

- llagas en la boca

- Problemas renales

- Trastornos de la sangre como anemia y recuentos bajos de plaquetas.

- Problemas neurológicos como convulsiones, dolores de cabeza y confusión.

Fibromialgia Es una afección crónica caracterizada por dolor generalizado, fatiga y sensibilidad en músculos, articulaciones y otros tejidos blandos. A diferencia del lupus, la fibromialgia no causa inflamación ni daño a los órganos internos. Su causa exacta no se comprende completamente, pero se considera un trastorno del sistema nervioso y de la forma en que procesa las señales de dolor.

Los síntomas comunes de la fibromialgia incluyen:

- Dolor y sensibilidad generalizados.

- Fatiga

- Problemas para dormir

- Dificultades cognitivas a menudo llamadas "fibroniebla"

- dolores de cabeza

- Rigidez articular

- Debilidad muscular

- Síndrome del intestino irritable

- Depresión

Si bien tanto el lupus como la fibromialgia pueden causar dolor muscular y articular, fatiga y otros síntomas comunes, difieren en términos de sus mecanismos subyacentes, el grado de afectación de los órganos y los tratamientos utilizados para controlarlos. Es fundamental consultar a un profesional médico para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento individualizado si sospecha que tiene síntomas similares al lupus o la fibromialgia.