Deshidratación en personas mayores Lo que hay que saber

La deshidratación, un déficit de agua corporal total, es un problema común entre los adultos mayores (es decir, aquellos de 65 años o más) y puede tener graves consecuencias para la salud. Puede ocurrir por varias razones, incluida la reducción de la ingesta de líquidos, la alteración de los mecanismos de la sed y ciertas afecciones médicas o medicamentos.

Comprender la deshidratación en personas mayores:

Prevalencia: La deshidratación es más frecuente entre los adultos mayores en comparación con los adultos más jóvenes. Los cambios relacionados con la edad, como la reducción de la sensación de sed y el deterioro cognitivo, contribuyen a este mayor riesgo.

Causas: La disminución de la respuesta a la sed, la disminución de la función renal y la dificultad para acceder a los líquidos son algunas de las causas comunes de deshidratación en los adultos mayores. Ciertos medicamentos, como los diuréticos, también pueden contribuir a la pérdida de líquidos.

Síntomas: Los síntomas de deshidratación pueden ser sutiles o confundirse con signos de envejecimiento, como fatiga, confusión, mareos y estreñimiento. Los casos graves pueden provocar desequilibrios electrolíticos y delirio.

Riesgos para la salud: La deshidratación puede aumentar el riesgo de caídas, infecciones y hospitalización en adultos mayores. También puede empeorar afecciones crónicas subyacentes como diabetes y enfermedades cardíacas.

Prevención de la deshidratación:

- Asegurar una ingesta adecuada de líquidos durante todo el día, incluso si no hay sed.

- Fomentar el consumo de alimentos ricos en agua como frutas y verduras.

- Evite las bebidas azucaradas y limite el consumo de cafeína y alcohol.

- Establecer recordatorios o establecer una rutina para beber agua.

- Mantenga el agua fácilmente accesible en lugares convenientes.

Reconocer y abordar la deshidratación con prontitud es esencial para el bienestar de los adultos mayores. Si nota signos de deshidratación, busque atención médica de inmediato. Los chequeos periódicos y las estrategias adecuadas de gestión de la hidratación son cruciales para mantener la salud general y prevenir complicaciones relacionadas con la deshidratación en las poblaciones de mayor edad.