El consumo de alcohol se asocia con una mayor incidencia de enfermedad por reflujo ácido.

La afirmación es cierta. El consumo de alcohol puede relajar el esfínter esofágico inferior, que es un músculo que actúa como válvula entre el estómago y el esófago. Esta relajación puede permitir que el contenido del estómago regrese al esófago, provocando reflujo ácido. Además, el alcohol puede irritar el revestimiento del esófago, haciéndolo más susceptible al daño causado por el ácido del estómago.