Cuando se tiene miedo, el músculo principal que se utiliza es el músculo orbicular de los ojos, que es responsable de cerrar los párpados con fuerza y crear una expresión entrecerrada. Este es un reflejo involuntario desencadenado por la respuesta natural de "lucha o huida" del cuerpo ante el peligro o el miedo, lo que ayuda a proteger los ojos de posibles daños y aumenta la concentración.