¿Cómo se diagnostica la sarcoidosis?
1. Historial médico y síntomas:
- El médico realiza una historia clínica detallada, anotando síntomas como dificultad para respirar, tos, fatiga, dolor en las articulaciones, erupción cutánea o problemas oculares.
2. Examen físico:
- El médico realiza un examen físico para evaluar el estado de salud general, escuchar los pulmones, palpar ganglios linfáticos inflamados y detectar lesiones cutáneas.
3. Pruebas de Imagen:
- Radiografía de tórax:Puede revelar la presencia de afectación pulmonar, como inflamación o cicatrización.
- Tomografía computarizada (TC):proporciona imágenes más detalladas de los pulmones y otros órganos para detectar anomalías.
- Tomografía por emisión de positrones (PET):puede identificar áreas de mayor actividad metabólica, lo que puede indicar lesiones de sarcoidosis.
4. Pruebas de laboratorio:
- Análisis de sangre:Estos pueden incluir:
- Nivel de enzima convertidora de angiotensina (ECA):los niveles elevados de ECA pueden estar asociados con sarcoidosis.
- Hemograma completo (CBC) y velocidad de sedimentación globular (VSG):Puede mostrar signos de inflamación y anemia.
- Pruebas de función hepática:Pueden detectar afectación hepática.
- Pruebas de función renal:Para evaluar la función renal.
5. Biopsia:
- Si otras pruebas no son concluyentes o para confirmar el diagnóstico, puede ser necesaria una biopsia. Durante una biopsia, se recolecta una pequeña muestra de tejido del área afectada (como los pulmones, los ganglios linfáticos o la piel) y se examina con un microscopio.
La combinación de estas técnicas de diagnóstico ayuda a los profesionales médicos a establecer un diagnóstico de sarcoidosis y determinar el alcance y la gravedad de la afección. A veces, la sarcoidosis puede ser difícil de diagnosticar, ya que puede imitar otras afecciones, por lo que es esencial una evaluación exhaustiva.