¿Por qué ciertas inyecciones se formulan como IV e IM?
Inyecciones intravenosas (IV):
1. Rápido inicio de acción: Las inyecciones intravenosas administran el medicamento directamente al torrente sanguíneo, lo que da como resultado un rápido inicio de acción. Esto es crucial cuando se requieren efectos terapéuticos inmediatos, como en situaciones de emergencia o para medicamentos que deben llegar rápidamente a su sitio objetivo.
2. Dosificación precisa: Las inyecciones intravenosas permiten un control preciso sobre la cantidad de fármaco administrado, lo que garantiza una dosificación precisa y logra el efecto terapéutico deseado.
3. Alta biodisponibilidad: Los fármacos administrados por vía intravenosa tienen una biodisponibilidad del 100%, lo que significa que la dosis completa llega a la circulación sistémica sin estar sujeta a un metabolismo de primer paso. Esto es particularmente importante para los fármacos que tienen una biodisponibilidad oral deficiente o que se metabolizan extensamente en el hígado.
4. Evitar el tracto gastrointestinal: Las inyecciones intravenosas evitan el tracto gastrointestinal, evitando posibles problemas con la absorción, degradación o interacciones de los medicamentos con alimentos o jugos gástricos. Esto es ventajoso para medicamentos que pueden ser inestables en el ambiente gastrointestinal o tener mala absorción cuando se toman por vía oral.
5. Control de la Distribución de Medicamentos: La administración intravenosa proporciona acceso directo a la circulación sistémica, permitiendo la distribución controlada del fármaco por todo el cuerpo. Esto es especialmente importante para los medicamentos que requieren dirigirse a tejidos u órganos específicos.
Inyecciones intramusculares (IM):
1. Liberación sostenida: Las inyecciones IM proporcionan una liberación sostenida del medicamento durante un período más prolongado en comparación con las inyecciones IV. El fármaco se absorbe gradualmente desde el lugar de la inyección al torrente sanguíneo, manteniendo los niveles terapéuticos durante un período prolongado.
2. Penetración más profunda del tejido: Las inyecciones IM administran el medicamento en el tejido muscular, lo que permite una penetración más profunda que las inyecciones subcutáneas o intradérmicas. Esta vía es adecuada para fármacos que requieren acceso a tejidos más profundos o tienen mala absorción por otras vías.
3. Menos riesgo de infección: En comparación con las inyecciones intravenosas, las inyecciones IM conllevan un menor riesgo de infección ya que no implican acceder al torrente sanguíneo. Esto es particularmente importante cuando las técnicas de inyección estériles son cruciales, como en el ámbito hospitalario.
4. Versatilidad: Las inyecciones IM se pueden administrar en varios sitios musculares, incluidos los músculos deltoides, glúteos y vasto lateral, lo que brinda flexibilidad en los lugares de inyección.
5. Administración sencilla: Las inyecciones intramusculares son relativamente sencillas de administrar y no requieren equipo especializado como las infusiones intravenosas, lo que las hace adecuadas para su uso en clínicas, entornos ambulatorios o incluso para la autoadministración.
La elección entre inyecciones IV e IM depende de las características específicas del fármaco, la urgencia de la necesidad terapéutica y las preferencias del paciente. Algunos medicamentos pueden estar disponibles en formulaciones intravenosas e intramusculares, lo que permite a los profesionales sanitarios seleccionar la vía de administración más adecuada según las necesidades individuales del paciente.