Si el sistema de circulación es cerrado, ¿cómo afecta el acostamiento?
La posición del cuerpo puede influir en la fisiología circulatoria de varias maneras. Así es como el acostarse afecta el sistema circulatorio:
Cambio en la presión arterial:
Cuando te acuestas, la distribución de la sangre en tu cuerpo cambia. La sangre, que normalmente se distribuye más en las extremidades inferiores cuando está de pie, ahora tiende a acumularse en la parte superior del cuerpo, incluida la región del pecho y la cabeza. Este cambio puede provocar un ligero aumento de la presión arterial, especialmente en personas propensas a la hipertensión o que tienen enfermedades cardiovasculares subyacentes.
Estrés ortostático reducido:
El estrés ortostático se refiere a la respuesta del cuerpo a los cambios de postura, particularmente de acostarse a ponerse de pie. Cuando te acuestas, el estrés ortostático se reduce ya que el corazón no necesita trabajar tan duro contra la gravedad para hacer circular la sangre. Esta disminución del esfuerzo reduce la tensión sobre el corazón, que suele ser más notoria en personas con enfermedades cardíacas.
Retorno Venoso:
Acostarse puede afectar el retorno venoso, el movimiento de la sangre de regreso al corazón desde la periferia. La gravedad, que normalmente ayuda a devolver la sangre de las piernas y otras partes del cuerpo al corazón, se minimiza al estar acostado. Como resultado, es posible que el corazón tenga que trabajar más para bombear sangre contra la fuerza de gravedad reducida, lo que podría provocar un ligero aumento de la frecuencia cardíaca y el volumen sistólico.
Efectos respiratorios:
Acostarse puede tener efectos secundarios sobre el sistema respiratorio. En algunas personas, acostarse puede provocar un estrechamiento leve de las vías respiratorias, lo que aumenta el esfuerzo respiratorio y potencialmente influye en la circulación a través de cambios en la presión intratorácica.
Gasto cardíaco:
Acostarse puede inicialmente aumentar la presión arterial y el gasto cardíaco debido a la redistribución del volumen sanguíneo. Sin embargo, con el tiempo, a medida que el cuerpo se adapta, el gasto cardíaco y la presión arterial pueden volver a sus niveles normales.
En general, si bien el sistema circulatorio sigue siendo un sistema cerrado, tumbarse afecta ciertos parámetros circulatorios, como la distribución de la sangre, el estrés ortostático, el retorno venoso y el gasto cardíaco. Estas adaptaciones están diseñadas para mantener el flujo sanguíneo y la circulación por todo el cuerpo mientras se realizan ajustes basados en los cambios en la posición del cuerpo.