¿Qué es el desgarro anular central del disco L4-5?

Un desgarro anular central del disco L4-5 se refiere a un tipo específico de lesión o daño que ocurre en el disco intervertebral ubicado entre la cuarta y quinta vértebra lumbar (L4 y L5) en la parte baja de la espalda. El disco intervertebral es una estructura fibrocartilaginosa que actúa como cojín y amortiguador entre vértebras adyacentes.

En un desgarro anular central, la capa externa del disco, conocida como anillo fibroso, desarrolla un desgarro o ruptura en su porción central. El anillo fibroso está compuesto por capas concéntricas de fibras de colágeno resistentes que normalmente recubren una sustancia similar a un gel llamada núcleo pulposo. Cuando se produce un desgarro del anillo central, el núcleo pulposo puede abultarse o herniarse a través del área debilitada del anillo, lo que provoca diversos síntomas y una posible irritación de la raíz nerviosa.

Los desgarros anulares centrales del disco L4-5 pueden deberse a varios factores, entre ellos:

Estrés mecánico repetitivo o tensión en la zona lumbar.

Trauma o lesión en la columna, como por una caída o accidente.

Cambios degenerativos en la columna relacionados con la edad, que conducen al debilitamiento de las estructuras del disco.

El abultamiento o hernia del núcleo pulposo puede afectar las raíces nerviosas circundantes, provocando síntomas como dolor lumbar, dolor que se irradia a las nalgas o las piernas (ciática), entumecimiento, hormigueo, debilidad en las extremidades afectadas y dificultad con ciertos movimientos. Los síntomas específicos dependen de la ubicación y la gravedad del desgarro y del grado de afectación de la raíz nerviosa. En algunos casos, los desgarros anulares centrales pueden provocar la degeneración del disco y potencialmente contribuir a afecciones como estenosis espinal o dolor de espalda crónico si no se tratan o se manejan de manera inadecuada.

El diagnóstico de un desgarro anular central del disco L4-5 generalmente implica un historial médico completo, un examen físico y estudios de imágenes como MRI (resonancia magnética). Las opciones de tratamiento pueden variar según la condición del individuo y pueden incluir medidas conservadoras como analgésicos, fisioterapia, modificación de la actividad e inyecciones espinales. En casos graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar el anillo desgarrado y aliviar la presión sobre las raíces nerviosas afectadas.