¿La amigdalitis provoca mal aliento?
1. Cálculos en las amígdalas:La amigdalitis a menudo conduce a la formación de cálculos en las amígdalas, que son depósitos pequeños, blancos o amarillos que se acumulan en las grietas de las amígdalas. Estos cálculos están compuestos de bacterias, restos de comida y células muertas. Cuando los cálculos de las amígdalas se descomponen, liberan un olor desagradable que contribuye al mal aliento.
2. Crecimiento excesivo de bacterias:la amigdalitis es causada por una infección que provoca un crecimiento excesivo de bacterias en la garganta y las amígdalas. Estas bacterias producen compuestos de azufre a medida que descomponen las partículas de alimentos y los tejidos, lo que produce un mal olor.
3. Mala higiene bucal:la dificultad para tragar y el dolor asociado con la amigdalitis pueden dificultar el mantenimiento de una buena higiene bucal. La reducción de la producción de saliva durante la infección agrava aún más el mal aliento.
4. Deshidratación:La amigdalitis puede causar fiebre y reducción de la ingesta de líquidos, lo que provoca deshidratación. La deshidratación disminuye la producción de saliva, lo que permite que las bacterias prosperen y se multipliquen en la boca, provocando mal aliento.
5. Goteo posnasal:la amigdalitis puede causar inflamación en la parte posterior de la garganta, lo que provoca goteo posnasal. Este goteo transporta bacterias y moco desde la nariz y los senos nasales hasta la parte posterior de la garganta, lo que contribuye al mal aliento.
6. Efectos secundarios de los medicamentos:algunos medicamentos utilizados para tratar la amigdalitis, como los antibióticos, pueden causar efectos secundarios como sequedad de boca, lo que puede empeorar el mal aliento.
Para controlar el mal aliento durante la amigdalitis, es esencial practicar una buena higiene bucal, que incluye cepillarse los dientes dos veces al día, usar hilo dental con regularidad y usar un raspador de lengua. Mantenerse hidratado bebiendo muchos líquidos también puede ayudar a reducir el mal aliento. Si hay cálculos en las amígdalas, enjuagarse suavemente la garganta con agua tibia con sal puede ayudar a eliminarlos y reducir el olor asociado. Hacer gárgaras con un enjuague bucal antiséptico también puede ser beneficioso para reducir las bacterias y mejorar el aliento. En casos graves, su médico o dentista puede recomendar un tratamiento profesional para la amigdalitis y el mal aliento persistente.