¿Es la piel sensible un mito?
La respuesta a esta pregunta es sí y no.
Si bien no existe una definición definitiva de piel sensible, muchos expertos creen que es una condición real. La piel sensible suele caracterizarse por síntomas como enrojecimiento, sequedad, picazón e irritación. Ciertos desencadenantes, como ciertos ingredientes de los productos para el cuidado de la piel, los contaminantes ambientales e incluso el estrés, pueden exacerbar la piel sensible.
Sin embargo, algunos dermatólogos sostienen que la piel sensible no es una verdadera condición médica. Creen que la condición es simplemente el resultado de varios factores combinados. Las personas que tienen afecciones cutáneas subyacentes, como eccema o rosácea, también pueden tener más probabilidades de experimentar síntomas de piel sensible.
En última instancia, si la piel sensible es o no un mito es un tema de debate. Sin embargo, no hay duda de que las personas que experimentan síntomas de piel sensible pueden encontrar alivio evitando ciertos desencadenantes y utilizando productos para el cuidado de la piel diseñados para pieles sensibles.
A continuación se ofrecen algunos consejos para controlar la piel sensible:
- Evite productos químicos agresivos y fragancias en sus productos para el cuidado de la piel.
- Elija productos que estén etiquetados como "hipoalergénicos" o "para pieles sensibles".
- Pruebe los nuevos productos en una pequeña zona de la piel antes de usarlos en todo el rostro.
- Evitar temperaturas extremas, tanto frías como calientes.
- Utilice un humidificador en su casa durante los meses de invierno para mantener el aire húmedo.
- Manténgase hidratado bebiendo mucha agua.
- Controlar los niveles de estrés, que pueden empeorar los síntomas de la piel sensible.