Al recibir un masaje, es costumbre quitarse toda la ropa y usar únicamente ropa interior desechable proporcionada por el masajista. Esto garantiza el máximo confort y acceso a las zonas del cuerpo que se están trabajando. Antes del masaje, el masajista le pedirá que se desnude y se ponga la ropa interior desechable. También pueden proporcionarle una sábana o manta para cubrirlo durante el masaje. Durante el masaje, el terapeuta únicamente expondrá la zona a trabajar y mantendrá una conducta profesional y respetuosa en todo momento.