¿Por qué se utilizan virus muertos o debilitados en lugar de normales para crear una vacuna?

Hay varias razones por las que se utilizan virus muertos o debilitados en lugar de virus normales para crear vacunas:

1. Seguridad: El uso de virus muertos o debilitados reduce significativamente el riesgo de causar la enfermedad en personas vacunadas. Los virus inactivados (muertos) no son en absoluto infecciosos, mientras que los virus atenuados (debilitados) se modifican para ser mucho menos virulentos que los virus de tipo salvaje. Este aspecto de seguridad es crucial al vacunar a poblaciones vulnerables, como niños, ancianos o personas con sistemas inmunológicos comprometidos.

2. Inmunogenicidad: Los virus muertos o debilitados aún pueden provocar una fuerte respuesta inmune en el cuerpo. Cuando se introducen en el sistema inmunológico, estas partículas virales no infecciosas se reconocen como extrañas y desencadenan la producción de anticuerpos y células inmunitarias que se dirigen específicamente al virus. Esta respuesta inmune proporciona protección contra futuras infecciones por el virus de tipo salvaje.

3. Estabilidad: Los virus muertos o debilitados son generalmente más estables que los vivos, lo que los hace más fáciles de almacenar y transportar. Las vacunas vivas requieren una manipulación y refrigeración cuidadosas para mantener su potencia, mientras que las vacunas inactivadas o atenuadas pueden soportar una gama más amplia de fluctuaciones de temperatura y períodos de almacenamiento más prolongados. Esta estabilidad es particularmente importante para las vacunas que deben distribuirse en áreas remotas o regiones con recursos limitados.

4. Rentabilidad: La producción de vacunas con virus muertos o debilitados suele ser más rentable en comparación con las vacunas con virus vivos. El proceso de inactivar o atenuar virus requiere técnicas e instalaciones especializadas, pero estos métodos generalmente son más asequibles y menos complejos que cultivar y mantener virus vivos para la producción de vacunas.

5. Previsibilidad de la respuesta inmune: Las vacunas con virus muertos o debilitados proporcionan una respuesta inmunitaria más predecible que las vacunas vivas. Con las vacunas vivas, pueden ocurrir variaciones individuales en la respuesta inmune debido a diferencias en la carga viral inicial y la tasa de replicación. Por el contrario, las vacunas muertas o debilitadas administran una cantidad estandarizada de antígeno viral, lo que genera una respuesta inmunitaria más consistente entre los individuos vacunados.

En general, el uso de virus muertos o debilitados en la producción de vacunas ofrece mayor seguridad, estabilidad, rentabilidad y previsibilidad de la respuesta inmune, lo que los hace más adecuados y prácticos para campañas de vacunación generalizadas.