¿Por qué está bloqueado mi conducto lagrimal?

Los conductos lagrimales bloqueados, médicamente denominados epífora, ocurren cuando las lágrimas no pueden drenar adecuadamente de los ojos. Esto provoca lagrimeo excesivo de los ojos, visión borrosa, malestar y un mayor riesgo de infecciones oculares. Si bien los conductos lagrimales bloqueados pueden desarrollarse a cualquier edad, los recién nacidos y los adultos mayores suelen experimentarlos.

Recién nacidos:

* Problemas de desarrollo:en los recién nacidos, los conductos lagrimales bloqueados pueden estar presentes desde el nacimiento debido al desarrollo incompleto del sistema de drenaje lagrimal. Los conductos lagrimales pueden ser pequeños o estar bloqueados por una membrana que aún no se ha abierto. Esta es la causa más común de obstrucción de los conductos lagrimales en los bebés.

* Mejora gradual:en la mayoría de los casos, los conductos lagrimales bloqueados se abren gradualmente por sí solos en unas pocas semanas o meses a medida que madura el sistema de drenaje lagrimal del bebé. Sin embargo, las obstrucciones persistentes que duran más de seis meses o causan infecciones oculares frecuentes pueden requerir atención médica.

Adultos mayores:

* Proceso de envejecimiento:Los cambios relacionados con la edad que ocurren en los ojos, incluido el debilitamiento de los músculos que rodean el sistema de drenaje lagrimal, pueden predisponer a los adultos mayores a la obstrucción de los conductos lagrimales.

* Condiciones subyacentes:los conductos lagrimales bloqueados en personas mayores también pueden deberse a diversas afecciones médicas subyacentes, como:

1. Infecciones (p. ej., conjuntivitis, sinusitis)

2. Alergias

3. Pólipos nasales

4. Tabique desviado

5. Conductos lagrimales estrechados debido a inflamación o cicatrización.

6. Tratamientos médicos (p. ej., radioterapia, ciertos medicamentos)

Otras causas:

1. Lesiones o traumatismos en el ojo o la cara.

2. Tumores o anomalías de los párpados

3. Objetos extraños en el ojo o conductos lagrimales.

Buscando atención médica:

Si bien es posible que los síntomas no siempre sean graves, es fundamental consultar a un profesional de la salud, especialmente en el caso de bebés con conductos lagrimales obstruidos persistentemente o si se presentan molestias graves, dolor, cambios en la visión o signos de infección en personas de cualquier edad.

Diagnóstico y Tratamiento:

El diagnóstico suele implicar un examen ocular completo y una prueba de la funcionalidad del sistema de drenaje lagrimal. El tratamiento varía según la causa subyacente y la gravedad de la afección, y abarca desde medidas conservadoras como masajes suaves y compresas tibias hasta intervenciones quirúrgicas para corregir estructuras anormales o evitar los conductos lagrimales bloqueados.

Recuerde, la mayoría de los casos en recién nacidos se resuelven naturalmente con el tiempo, pero la evaluación oportuna y el manejo adecuado bajo orientación médica son esenciales para prevenir complicaciones y brindar la mejor atención.