La epidermis es la capa superior de la piel. Está formado principalmente por células muertas y no tiene vasos sanguíneos ni nervios. Por tanto, una lesión en la epidermis no provocará ningún dolor ni sangrado. Como no hay flujo sanguíneo, el cuerpo no puede enviar células curativas al área afectada. Como resultado, la lesión de la epidermis no deja cicatriz.