Hay algunas razones por las cuales una mujer embarazada puede escupir demasiada saliva, por lo que es mejor consultar con un profesional médico para determinar la causa y discutir los tratamientos adecuados. Los posibles factores contribuyentes incluyen náuseas y náuseas al comienzo del embarazo, reflujo gastroesofágico (ERGE), cambios hormonales que afectan las glándulas salivales o cualquier afección subyacente, como candidiasis oral (aftas) o deshidratación. Los tratamientos pueden incluir ajustes en la dieta, como comer porciones más pequeñas y frecuentes, evitar alimentos picantes y grasosos, mantenerse erguido después de las comidas, beber muchos líquidos para evitar la deshidratación, usar antiácidos sin receta, controlar el estrés, practicar una buena higiene bucal y hablar con un médico para opciones de medicamentos cuando sea necesario. Busque siempre consejo médico para obtener las recomendaciones más precisas basadas en la situación específica y el historial médico de un individuo.