La saliva no es dañina para el bebé durante las relaciones sexuales. Sin embargo, no se recomienda como lubricante, ya que no es tan eficaz como otros lubricantes y puede provocar molestias. Además, la saliva puede contener bacterias que potencialmente podrían causar una infección en la vagina o el útero. Lo mejor es utilizar un lubricante a base de agua diseñado específicamente para las relaciones sexuales durante el embarazo.