Generalmente no se recomienda comer una manzana con frenillos. Las manzanas son duras y crujientes, lo que puede dañar los frenillos y causar molestias. Además, las pequeñas semillas de las manzanas pueden quedar atrapadas en los frenillos y ser difíciles de quitar. Si realmente quieres comer una manzana con frenillos, lo mejor es cortarla en trozos pequeños y masticarla lentamente. También debes evitar morder directamente la manzana, ya que esto puede ejercer demasiada presión sobre los frenillos.